y en la fuente transparente vi tu cara
con los párpados cerrados y las pestañas horadando
el agua.
Mis dedos encontraron tus dedos entre la hierba
tierna,
te tomé el pulso un instante
y sentí en otra parte la pena de tu alma.
Bajo el plátano, cerca del agua, en los laureles
te desplazaba y destrozaba el sueño
en torno a mí, cerca de mí, sin yo poder tocarte toda
entera,
unida a tu silencio:
yo veía tu sombra agigantarse y hacerse más pequeña,
perderse en otras sombras, en el otro
mundo que te dejaba y te cogía.
La vida que nos dieron a vivir ya la vivimos.
Ten lástima de aquellos que aún esperan con tan gran paciencia
perdidos bajo el peso de los plátanos en los laureles
negros,
y de cuantos hablan solos a las cisternas y a los pozos
y se ahogan en los círculos mismos de su voz.
Y compadece al compañero que sudor y penurias
compartió con nosotros
y se hundió en el sol, como un cuervo más allá de los
mármoles,
sin esperanza de gozar la recompensa.
Danos la serenidad fuera del sueño.
-Yorgos Seferis-
EL BLOG SIN MIEDOS
1 comentario:
nice!!!! besos
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