lunes, 13 de junio de 2011

Don Quijote de la Mancha. -¡Sea en buena hora nuestro saludo!-

-Sea en buena hora- respondió Clara.
Y por no oírle, se tapó con las manos entrambos oídos, de lo que también se admiró Dorotea; la cual, estando atenta a lo que se cantaba, vio que proseguía de esta manera:

Dulce esperanza mía,
que, rompiendo imposibles malezas,
sigues firme la vía
que tú misma te finges y aderezas;
no te desmaye el verte
a cada paso junto al de tu muerte.

No alcanzan perezosos
honrados triunfos ni victoria alguna,
ni pueden ser dichosos
los que, no contrastando fortuna,
entregan, desvalidos,
al ocio blando todos los sentidos.

Que Amor sus glorias venda
caras, es gran razón y es trato justo;
pues no hay más rica prenda
que la que se quilata por su gusto;
y es cosa manifiesta
que no es de estima lo que poco cuesta.

Amorosas porfías
tal vez alcanzan imposibles cosas;
y ansí aunque con las mías
sigo de amor  las más dificultosas,
no por eso recelo
de no alcanzar desde tierra el cielo.

-Miguel de Cervantes-

El blog sin miedos