¿Dónde estás, mi vida, que no te encuentro? Te voy cercando por los aires, y te escapas. Lanzo desesperadamente mis brazos adelante para alcanzarte, y huyes. Huyes de mi laberinto - para ti pasó cómodo- y me dejas perdido, perdido sabiendo donde estoy, pero sin ser capaz de buscar una salida.
Todo lo que no es fácil en este mundo no vale la pena. Todo el que no sepa cantar, torear o correr porque sí, por la gracia del mundo, que abandone, como abandono yo. El esfuerzo no es nunca creación verdadera, sino remedo de lo vencido. Y si uno nace rubio, alto, feo o bonito, ¿por qué no se va a conformar...? Ahí está el quid, nos falta claridad en nuestros sentimientos; porque si yo supiese exactamente lo que siento, ¡qué duda cabe que las frases se encadenarían solas!
-Max Aub-
El blog sin miedos
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