lunes, 17 de octubre de 2011

LA UNION HACE LA FUERZA. Sigue el descontento global. Los Indignados todavía no se organizan: Y SI NO LO HACEN TODO QUEDARA EN UNAS MANIFESTACIONES SIN RESPUESTA.



Ya no confio en los políticos de derechas, centro, ni de  izquierdas. ¡Los seres humanos somos tan corruptos! girando y girando con el planeta; ahora viajo de pie y boca arriba, más tarde de rodillas y boca abajo, ¡Cielo santo, Europa no sirve absolutamente para nada!.

La primera y más simple de las emociones que descubrimos en el entendimiento humano es la Curiosidad. Por curiosidad entiendo cualquier deseo o cualquier placer, que experimentamos en relación a la novedad. Vemos a los niños corriendo constantemente de un lado a otro, a la caza de algo nuevo: se agarran con gran vehemencia y con pocos miramientos a cualquier cosa que se les ponga por delante; todo acapara su atención, porque, en esta etapa de la vida, todo posee el encanto de la novedad para fomentarlo. Pero, como aquellas cosas, que nos subyugan meramente por su novedad, no pueden retenernos mucho tiempo, la curiosidad es el más superficial de los afectos; cambia de objeto continuamente, tiene un apetito muy marcado, pero fácil de satisfacer, y siempre parece como una especie de vértigo, impaciencia y ansiedad.La curiosidad es un principio muy activo por naturaleza; recorre velozmente la mayoría de sus objetos, y no tarda en agotar la variedad  que comúnmente se encuentra en la naturaleza. Las mismas cosas vuelven con frecuencia, y vuelven con un efecto cada vez menos agradable. En una palabra, las ocurrencias de la vida, cuando llegamos a conocerla un poco, no podrían afectar el entendimiento con otras sensaciones que no fueran las de aversión y abatimiento, de no haber muchas cosas adaptadas para mover el ánimo a través de otros poderes, además de la novedad. Y a través de otras pasiones además de la curiosidad en nosotros mismos. Estos poderes y estas pasiones se considerarán en su momento. Pero, cualesquiera que sean estos poderes, o cualquiera que sea el principio sobre el que afecten el ánimo, es absolutamente necesario que no se ejerciten en aquellas cosas, a las que el uso cotidiano y vulgar ha conferido una familiaridad viciada y sin atractivo. Es preciso que haya cierto grado de novedad, en lo que integra todo instrumento que opera sobre la mente; y la curiosidad se mezcla más o menos con todas nuestras pasiones.
-E.B-

El blog sin miedos

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