jueves, 13 de octubre de 2011

Hasta los propios espíritus lloraban al oír el tierno canto.


Le siguió a través de la oscura caverna,
hasta vislumbrar el azul del cielo.
Algún temor le hizo mirar atrás;
le escuché decir: "Oh amor,
¿qué he hecho?"
Y ya no volví a ver el Sol
y perdí la vida y el amor.

-Francis W. Bourdillon-

El blog sin miedos

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