-Oh, no, señor, respondió ella-, He terminado este año y para siempre.
-Oh, entonces - dijo Gabriel jovialmente - supongo que un día de estos iremos a tu boda.
La muchacha le miró sobre el hombro y dijo con gran amargura:-Los hombres de hoy en día sólo saben de engatusamientos, y todos quieren lo mismo.
Gabriel enrojeció como si se percatara de haber cometido una falta y, sin mirarla, se quitó las galochas de sendos puntapiés, y repasó con enérgicos golpes de la bufanda el brillo de sus zapatos de charol...
El blog sin miedos y un cierto tipo de verdad
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