lunes, 10 de enero de 2011

Y yo te pregunté si tú también te morirías.

Y tú me dijiste: "Sí."
Y yo te dije: "¿Qué voy a hacer yo?"
Y tú me dijiste que entonces ya sería mayor.
Y yo te dije: "¿Y qué tiene que ver?"
Y tú me dijiste que sí tenía que ver.
Y yo te dije: "Bueno."
Y tú me dijiste que todos nos tenemos que morir.
Y yo te pregunté si para siempre.
Y tú me dijiste: "Sí."
Y yo te dije: "¿Y, entonces, eso del cielo qué?"
Y tú me dijiste que eso venía más tarde.

Sí.

Y yo te dije que te llevaría flores.
Y tú me dijiste: "¿Cuándo?"
Y yo te dije: "Cuando te mueras."
Y tú me dijiste: "¡Ah!"

Y yo te dije que te llevaría flores y luego te dije:
"Amapolas."
Y tú me dijiste que más valía no pensar en eso.
Y yo te dije: "¿Por qué?"
Y tú me dijiste :" Porque sí..."
Y yo te dije: "Bueno." Y después yo te pregunté
si nos veríamos más tarde en el cielo.
Y tú me dijiste: " Sí."
Y yo te dije: " Menos mal."

Sí.

Y yo te pregunté que quién lo había inventado.
Y tú me dijiste: "¿qué?"
Y yo te dije: "Lo de morir."
Y tú me dijiste : "Nadie."
Y yo te dije: "¿Y lo otro?
Y tú me dijiste: "¿Qué otro?
Y yo te dije: "Lo del cielo."
Y tú me dijiste: "Nadie."
Y yo te dije: "Pues vaya." Y luego te dije: "Pues
vaya."
Y luego te dije: "Entonces, cuando te mueras, tu
estómago me servirá de tambor."
Y tú me dijiste: "Eso no se dice."
Y yo te dije: "¿Es que es pecado?"
Y tú me dijiste: "No."
-Fernando Arrabal-


                           El blog Sin Miedos y un hola.

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