Pensé: Está sólo a veinte millas. ¿Qué es lo que te pasa?, pero el otro lado de mí, lo otro que había en mí decía: Si, pero no eres más que un insignificanta montón de huesos, incapaz de alejarte una milla sin la ayuda de tu brújula, incapaz de sobrevivir aquí esta noche sin un fuego que te dé calor y tal vez tampoco sin un arma de fuego que te proteja. -Faulkner-
El blog sin Miedos les acompaña también en el desaliento.
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