jueves, 17 de febrero de 2011

¡A 23 minutos del viernes! El caso de los dedos luminosos, de Erle Stanley Gardner.



Victoria Braxton, ataviada con un elegante traje sastre, daba la impresión de una eficiente mujer de negocios. Estaba esperando a Perry Manson y Della Street en el bien amueblado vestíbulo del hotel de lujo para automovilistas, donde Della Street se había registrado.
Manson no perdio tiempo detalles.
-No sé de cuánto tiempo dispondremos -dijo-, pero puede ser bastante menos del que esperamos, así que permitame usted tratar los puntos principales.
-¡Puede usted decirme qué sucedió en Nueva Orleáns? -preguntó ella.
Manson movió la cabeza negativamente.
-Es demasiado largo para contarlo ahora.
-Me gustaría saberlo...





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