Victoria Braxton, ataviada con un elegante traje sastre, daba la impresión de una eficiente mujer de negocios. Estaba esperando a Perry Manson y Della Street en el bien amueblado vestíbulo del hotel de lujo para automovilistas, donde Della Street se había registrado.
Manson no perdio tiempo detalles.
-No sé de cuánto tiempo dispondremos -dijo-, pero puede ser bastante menos del que esperamos, así que permitame usted tratar los puntos principales.
-¡Puede usted decirme qué sucedió en Nueva Orleáns? -preguntó ella.
Manson movió la cabeza negativamente.
-Es demasiado largo para contarlo ahora.
-Me gustaría saberlo...
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