Púsose Sócrates un día a construir su vivienda. Quien más quien menos, todos censuraban su obra. Encontraba uno que el interior no era digno de tal personaje. Otro criticaba la fachada. Todos sostenían que las habitaciones eran muy pequeñas.
-¡Qué casa tan mezquina para tal hombre! - decían.
-¡Quisiera el cielo-repuso Sócrates-, que tan pequeña como es, pudiera llenarla de verdaderos amigos!
-La Fontaine-
El blog Sin Miedos no lleva adulterantes
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