1. Asesórese bien, si ello es posible. Todo complejo de inferioridad es un problema emocional que a veces se oculta bajo una capa de razonamientos confusos.
2. Busque la causa fundamental. Aun sin ayuda de nadie, puede usted descubrirla con sólo pensar detenidamente. Cuando se saca a la luz el origen de la mala opinión, que uno tiene de sí mismo generalmente se descubre que las condiciones causantes ya no existen.
3. Olvídese de sí mismo. Concentre su atención en el momento de la crisis en que va a necesitar más ayuda. Prepárese para llenar ese momento con algo especial.
4. Disponga el pensamiento. Lea libros y biografias de personas que han salvado obstáculos peores que el suyo. Y no olvide: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá."
5. Fije en la mente una imagen de sí mismo que refleje confianza y capacidad. Según como nos representemos a nosotros mismos, así seremos.
6. Ah y recuerde siempre que con la ayuda de Dios todo es posible...
-Norman Peale-
Marpin y la Rana.
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