El Petróleo y unos buenos días. Buenos días y el Petróleo.

I

Invierno del año  1914

La mesa está al lado de la estufa, de la que acabo de apartarme, porque al cabo de un rato hace demasiado calor, incluso para mi espalda eternamente fría; mi lámpara de petróleo ilumina que es un gozo: es una obra maestra tanto del arte de la fabricación de lámparas como del de comprar ( está hecha de diferentes piezas prestadas y compradas; no por mí, desde luego,  yo sería totalmente incapaz; es una lámpara con un quemador del tamaño de una taza de té y montada de manera que se puede encender sin tener que retirar el cilindro ni el globo; solo tiene un defecto: sin petróleo no funciona, pero al fin y al cabo nosotros tampoco)...

-Franz Kafka-

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