Una temporada en el infierno.
¿Tuve una vez, una juventud agradable, heroica, fabulosa, como para ser escrita sobre páginas de oro? - ¡Demasiada suerte! ¿Por qué crimen, por qué error, he merecido mi flaqueza actual?
No obstante, hoy creo haber terminado el relato de mi infierno. Verdaderamente, era el infierno antiguo, aquél del que el Hijo del hombre abrió las puertas.
Siempre es el mismo desierto, en la misma noche, mis ojos cansados se despiertan ante la estrella de plata, sin que se conmuevan los reyes de la vida, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu. ¿Cuándo iremos más allá de las playas y de los montes, a saludar el nacimiento del trabajo nuevo, la nueva sabiduría, la huida de los tiranos y de los demonios, el fin de la superstición, para adorar -¡los primeros! la Navidad en la tierra?
¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos!
Esclavos, no maldigamos la vida.
-Arthur Rimbaud-
(Jean-Nicolas-Arthur Rimbaud nació el 20 de octubre de 1854 en la pequeña localidad de Charleville. La familia ocupaba una casa de la calle llamada entonces de Napoleón. En la planta baja había una librería)
El blog sin miedos
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