Posee dos antenas y cuatro ojos. Vive oculto entre las piedras y lugares húmedos.
LA MONTAÑA DE PARTO
Una montaña parturienta lanzaba tan fuertes gritos, que todos acudieron esperando que, sin duda, echaría al mundo un monstruo nunca visto.
¡Pues después de tantos gritos, sólo parió un ciempiés!
Pensando en esta fábula incierta , pero de sentido verdadero, me acuerdo de esos autores que dicen: "¡Voy a cantar la guerra de los Titanes a Júpiter tonante!"
Osada es la promesa. Y a menudo ¿qué sale? ¡Sólo viento!
EL BLOG SIN MIEDOS
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