jueves, 4 de agosto de 2011

Me sentía vivir en ella, y ella vivía sólo para mí. Su sonrisa me llenaba de una beatitud infinita; la ondulación de su voz, tan dulce, y, sin embargo tan firmemente timbrada, me hacía vibrar de alegría y amor. -Gérard de Nerval-





               Aquél es del todo el mejor;
              el que hace caso al que le ha dado un buen consejo;
              pero también bueno es aquel otro:
             el que por sí mismo de todo se percata.

             EL BLOG SIN MIEDOS

No hay comentarios: