Sino el reflejo de la luz de la luna sobre las aguas,
Las estrellas del cielo que caen
Como perlas relucientes sobre los verdes prados,
El blando céfiro que sopla entre palmeras.
Quiero darte la serenidad del mar que contemplo,
La paz de mi corazón,
El sosiego del cielo,
La quietud, la armonía, el equilibrio,
La difusa luz que hace dorada la tarde,
Todo mi amor y respeto,
Todos los poros de mi piel.
Te quiero dar las cosas más pequeñas y sencillas.
Pero, sobre todo, toma en silencio,
Amor mío, lo más profundo de mi corazón,
Llévate mi alma que reposa
Entre las flores de mi jardín.
-Antonio J. del Puig-
Marpin y la Rana
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