Me dispongo a lavar, preparar,
cortar, cocinar...
Respiro, hago consciente mi trabajo
y vivo cada instante presente
explorando la vida
que se me ofrece en cada alimento.
Sin prisas y sin pausa,
vivo estos momentos en un estado
muy próximo a la oración,
en una meditación constante.
"Es posible hacer
lo que no sabemos cómo hacer."
Ablando el vientre,
espero, respiro
y me dejo sorprender
por el tacto, el color
y la textura de esta comida
que se me ofrece como un banquete.
Satisfecho, sereno y reverente
doy gracias a la vida,
respiro esta posibilidad de ser y estar
en el continuo fluir del Amor
que se hace en mí carne y armonía.
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