lunes, 16 de abril de 2012

LEÓN NIKOLAIEVICH TOLSTOI. Esa vuelta a la vida, después de haber sufrido y vencido tres dolencias casi mortales, una tras otra,


 León Tolstoi

producen en Tolstoi una especie de renovación primaveral, una Pascua de Resurreción. La complexión del escritor ofrece una extraña analogía con la de Miguel Ángel, ese otro genio atormentado en el cuerpo y en el alma y que, a pesar de sus torturas  fué aún más lóngevo, puesto que murió a los ochenta y nueve años.

Tolstoi adoró siempre las flores; le complacía coger las violetas recién abiertas, cuya fragancia primaveral aspiraba con voluptuosa delicia. "¡Gozad de la vida!, piensa, viéndola bullir y palpitar en torno suyo. Pero la guadaña está ahí implacable...

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