NO SE PUEDE FORZAR A NADIE A AMAR.
El que quiere amar ha de querer también renunciar al egoísmo. El amor y el egoísmo son conceptos contrarios, incompatibles entre sí, antagónicos. No se puede amar sin renunciar al egoísmo, ya que el egoísmo es en realidad la ausencia del amor. Aprender a amar es lo mismo que aprender a desprenderse el egoísmo. El que aumenta su capacidad de amar disminuye su egoísmo y viceversa.
-V.G-
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