jueves, 30 de agosto de 2018

¡Malditos diamantes! La guerra civil de Sierra Leona ha pasado a la posteridad como un episodio repleto de codicia, sangre y violencia. Diez años de conflicto que tan solo pudieron ser superados con la intervención directa de tropas extranjeras amparadas por las Naciones Unidas. La dimensión internacional de la guerra se completa, a nivel regional, con el apoyo de la Liberia de Charles Taylor a las tropas rebeldes del Frente Revolucionario Unido, que iniciaron el conflicto. La historia de esta guerra es la historia de los niños soldados y los diamantes de sangre. En la actualidad, Sierra Leona se enfrenta a una doble tarea: superar los fantasmas de su pasado y enfrentar los desafíos del siglo XXI.

Sierra Leona es uno de los países con mayor índice de pobreza de África occidental, con más del 70% de su población en esta situación. Su riqueza en recursos naturales, principalmente diamantes, ha sido paradójicamente uno de los motivos que han impedido su desarrollo, puesto que su extracción se ha visto salpicada por la codicia y la violencia, lo que lo ha convertido en una de las causas del conflicto armado que asoló el país durante la última década del siglo pasado.

                       Marpin y la Rana

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