martes, 26 de abril de 2011

Johannes Brahms. "Un réquiem alemán de una dimensión universal." Música. Arte de expresar determinados sentimientos por medio de sonidos armónicos, melódicos, ritmicos.


"Mutatis Mutandis":  Cambiando lo que se ha de cambiar.

A dentelladas, atrapa el vaho de sus cuerpos
el colorista, cierra la bóveda con su diadema.
Marpin_



Brahms escogió él mismo los textos de la Biblia, que demuestra conocer bien, evitando además cualquier referencia confesional, ni siquiera a Jesucristo. Con ello parece situarse en un terreno heterodoxo, más allá (o más acá) de las iglesias concretas, al igual que hacía Mozart o como va a hacer también Verdí o Fauré. En cambio, el de Brahms tiene un precursor directo en las Exequias musicales de Heinrich Schútz, de 1636, que también constituyen música funeraria en lengua alemana, y en general parece haber sido modelo de Brahms en más de un aspecto.
Apenas hay coincidencias con el Réquiem latino. El último corte de Un réquiém alemán se basa en un fragmento del Apocalipsis. Más que su sentido corriente, "apocalíptico", Brahms recoge la interpretación de san Pablo (Carta a los Corintios) de este pasaje: aunque las fuerzas del mal parezcan ahora preponderantes, (El Bien) es fiel a la antigua Alianza, y al final ha de vencer sobre la muerte. La obra se cierra, pues, tal como había empezado: con un mensaje de consuelo y de serenidad.                                        

El blog sin miedos

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